lunes, 5 de noviembre de 2018

4.Nuestro "otro yo"

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Robert Louis Stevenson logró con su novela El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde dar forma literaria a un asunto trascendental del ser humano: su conflicto interior entre el bien y el mal. Esta novela ha tenido numerosísimas versiones teatrales y cinematográficas y, por su profundidad y simbolismo, desborda el mero género de misterio psicológico.

   Apenas acababan de dar las doce en los relojes de Londres cuando sonó quedamente el llamador de la puerta. Acudí a abrir y hallé a un hombre de corta estatura agazapado entre las columnas del pórtico. 
   -¿Viene usted de parte del doctor Jekyll? -le pregunté.
   Me respondió que sí con un ademán cohibido, y cuando le rogué que pasara no lo hizo sin antes lanzar una mirada por encima del hombro hacia la oscuridad de la plaza. A poca distancia pasaba un policía con la linterna encendida y me pareció que, al verlo, mi visitante se sobresaltaba y se apresuraba a pasar al interior.
   Confieso que estos detalles me sorprendieron desagradablemente y que mantuve en todo momento la mano sobre la culata del arma mientras le seguía hacia la sala de consulta, que estaba brillantemente iluminada. Allí al menos pude contemplarle a mis anchas. Era la primera vez que le veía, de eso estaba seguro. Como ya he dicho, era de corta estatura. Me sorprendió además en él la expresión extraña de su rostro, la rara combinación de actividad muscular y aparente debilidad de constitución y, finalmente, pero no en menor grado, el extraño malestar que causaba su proximidad. Provocaba algo semejante a un escalofrío incipiente al que acompañaba una notable disminución del pulso. En aquel momento lo achaqué a una repugnancia puramente natural y de idiosincrasia, y simplemente me asombré ante lo agudo de los síntomas. Pero desde entonces he hallado motivos suficientes para creer que la causa era mucho más profunda, que se enraizaba en la naturaleza misma del hombre y que respondía a algo mucho más noble que el simple principio del odio. Aquel hombre (que desde el momento en que había traspuesto el umbral de la puerta había despertado en mí una curiosidad llena de disgusto) iba vestido de tal modo que habría hecho reír a una persona normal.

Pincha aquí si quieres leer la novela de Stevenson.

Pista: 20 años antes del nacimiento de Stevenson, un poeta inglés nacido en Somersby publicó un poema dedicado a nuestro monstruo.

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